LO QUE NO SABES DE TU VAGINA

En esta ocasión estaremos hablando de tipos distintos de vulvas. Seguiremos el ejemplo del artículo anterior, aclarando que estos “tipos” son coloquiales, poco serios y nada exhaustivos. En fin, que sólo los mencionamos para saciar la curiosidad, y porque los nombres parecen ser mucho más imaginativos que con los penes. Pero recordemos que hay muchísimos tipos de vulva posibles, y que ninguno es mejor que otro. Al final del artículo pondremos un ejemplo de tal cosa, pero por ahora, aquí está la versión simplificada:

1. La llama olímpica: el prepucio clitoriano o capuchón es muy grande, y por tanto el clítoris está muy cubierto. Claro, con la excitación crecerá bastante (puede llegar a alcanzar 11 cms en algunos casos), así que no es un impedimento para la estimulación.

2. Bata de cola: Los labios menores, con mucha imaginación, parecen una falda, pues son largos y ondulados.

3. Vulva percebe: Contrario al clítoris en la llama olímpica, que está cubierto, en este caso es grande y abultado, y de fácil acceso para la estimulación.

4. Ojo cerrado: Los labios menores son pequeños y muy estrechos.

5. Mariposa: Los labios menores son bastante grandes y se abren hacia afuera.

Pero como hemos dicho, esta lista, repetida hasta el cansancio en internet, es bastante limitada. Como contraejemplo, está la obra del artista británico Jamie McCartney, quien decidió hacer moldes de varias vulvas, todas diferentes entre sí. ¿Cuántas pudo hacer sin que hubiera repetición (y eso que usó gemelas en algunos casos)? 400. Y seguramente hubiera podido seguir. 400 vulvas distintas, de mujeres entre 18 y 76 años, de madres e hijas, de hermanas y de mujeres que se han alterado quirúrgicamente. Todas distintas, McCartney explícitamente quería demostrar que no existe la vulva perfecta, ya que es alarmante el incremento de las cirugías estéticas en esta área en los últimos años. Cada persona diferente, y ni siquiera la misma persona tendrá los mismos genitales por siempre. Y salvo en casos de accidentes o situaciones médicas, la forma no tiene consecuencias negativas para la obtención del placer sexual.

Así que, como el mismo McCartney dice, la forma o tamaño de los labios o cualquier elemento de la vulva no tiene por qué ser fuente de ansiedad, pues es ridículo pensar que hay sólo un par de moldes posibles y correctos. Toda vulva es tan distinta como quien la posee, y eso está bien.

Y como un último dato, quitemos de una vez el mito de que el tener muchas relaciones sexuales “afloja” la vagina. Por la característica de los músculos y tejidos, es tan cierto eso como el que el hablar mucho hace que eventualmente se te escurra la boca. La pérdida de elasticidad es sólo dependiente (salvo algunas anomalías) del envejecimiento natural, y tampoco es determinante para la satisfacción sexual. Y ahora que lo sabemos, podemos evitar ser prejuiciosos.