LO BÁSICO DE LOS ORGASMOS

La pequeña muerte le dicen los franceses —va, que no todos, pero algunos—, así como Octavio Paz y otros cuantos. En general deseable y normalmente muy divertido, llegamos a uno de los temas que quizá más puedan interesarle a todos: los orgasmos.

El orgasmo o clímax es, precisamente, cuando se llega a un punto de placer en donde se descarga toda la tensión sexual acumulada, acompañada de una euforia y sensación de bienestar que a veces es acompañada por espasmos y temblores, vocalizaciones (gemidos y demás, según cada uno sea más o menos callado), y en general estamos todos de acuerdo que es una muy buena experiencia que se busca durante la relación sexual. Ojo que tener un orgasmo no significa tener una vida sexual plena, pero definitivamente ayuda.

Obviamente los orgasmos se dan sólo con la estimulación de los genitales, ¿no? FALSO. Dependiendo de cómo estés contando, puede haber desde 3 a 14 formas de llegar al orgasmo, o muchas más. La estimulación del pene y la penetración de la vagina son, quizá, los que más comúnmente se platican, pero hay un sin número de variaciones. Para empezar, aclaremos algo: el orgasmo involucra si no todo el cuerpo, la mayoría, y todas las contracciones y liberación de endorfinas y demás es, en palabras de Barry Komisaruk, una orquesta orgásmica dirigida por el cerebro. En otras palabras, se siente en el cerebro, y se refleja por todas partes. Siendo así, podemos ver algunos casos comunes, como el orgasmo vaginal, clitoral o mixto (o sea que es resultado de la combinación de la estimulación de vagina y clítoris), el orgasmo acompañado por eyaculación y el orgasmo por estimulación del pene y los testículos. Pero como el cerebro es, finalmente, la parte decisiva de todo, puede haber orgasmos por estimulación de próstata, del ano (en ambos sexos, que es un mito eso de que a las mujeres no les puede gustar el sexo anal y que sólo lo hacen por complacer), de los pezones (de nuevo, en ambos sexos), de la boca (así que sí, sí se puede llegar a un orgasmo a través de los besos, aunque no es tan común), o incluso tan sólo a través de fantasías o ver un escenario sexual, sin que haya un elemento físico (recordemos los sueños húmedos, los cuales se experimentan más durante la adolescencia y consisten en que se llega al orgasmo durante el sueño).

Y aquí algunos datos interesantes para acabar con algunos mitos: las mujeres, en general, parecen necesitar más tiempo para llegar al orgasmo, y según algunas investigaciones, sólo el 20 o 30 por ciento de ellas llegan a él a través del coito. En cambio, el 80% de las mujeres requieren “estimulación clitoral manual”. Así que el punto es que hay que experimentar de diversas formas antes de tachar a alguien de frígida. Por su parte, quizá el mito más común en el hombre es que la eyaculación y el orgasmo son lo mismo, a pesar de que en realidad son procesos distintos (aunque claro, relacionados), y uno puede suceder sin el otro.

Lo que quizá queda más claro es que los orgasmos son una experiencia mucho más diversa de lo que al principio podría creerse, y el descubrir cómo provocarlos en una(o) mismo o en e otro(a), siempre que se haga bien y sanamente, es a través de la práctica. Pero no se preocupen, no tiene por qué no ser divertida.